Reflexión: Todos hemos de morir, y tú también morirás, por más que seas ahora muy joven. Después de la muerte, el cuerpo va al cementerio; pero el alma va a Dios, a darle cuenta de toda tu vida.
* * *
¿Qué has de hacer? Procura vivir siempre como buen cristiano, a fin de que después de la muerte tu alma pueda presentarse ante Dios sin pecado mortal e ir al Cielo para siempre.
Propósito final. Como cristiano quiero vivir; como cristiano quiero morir.
Fuente: Dios conmigo. Devocionario de niños y niñas por el P. Luis Ribera.
Editorial Regina S. A. - Barcelona (España).