Reflexión: Dios aborrece la mentira y la castiga con severos males, o en este mundo o en el otro. La mentira es un verdadero pecado y ofende a Dios y a todas las personas honradas.
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¿Qué has de hacer? Acostúmbrate a decir siempre la verdad a tus padres, a tus superiores, a tus amigos. Sé sincero y leal, y serás así un hombre de carácter, respetado de todos.
Propósito. Prefiero que me castiguen antes que mentir.
Fuente: Dios conmigo. Devocionario de niños y niñas por el P. Luis Ribera.
Editorial Regina S. A. - Barcelona (España).
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