Reflexión: Hay tiempo para todo: para comer y para esdiar, para rezar y para jugar. El juego sirve mucho para la salud, y los niños lo necesitan. Por esto tus padres y superiores te permiten jugar.
* * *
¿Qué has de hacer? No juegues más de lo que se te permita. No seas de aquellos que no piensan sino en jugar. No te valgas de trampas y engaños. Juega bien sin enfadarte ni proferir malas palabras.
Propósito. Al jugar, no me enfadaré ni diré malas palabras.
Fuente: Dios conmigo. Devocionario de niños y niñas por el P. Luis Ribera.
Editorial Regina S. A. - Barcelona (España).
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